Durante los últimos años el campo de la robótica ha visto una serie de avances que prácticamente la han mantenido en un estado de revolución perpetua; sólo tenemos que fijarnos en la precisión y la creciente funcionalidad de las prótesis robóticas
para comprobar su sofisticación. Pero una cosa es sacar un huevo de un cesto sin hacerlo pedazos y otra muy distinta reconocerlo con los ojos sensores ópticos cerrados. Esto es algo que quieren cambiar los investigadores del Instituto de Tecnología de Georgia, que han desarrollado una piel artificial con la que los autómatas del futuro podrán disfrutar del sentido del tacto.
Utilizando miles de transistores formados por nanofilamentos verticales de óxido de cinc, un pequeño equipo de tres científicos liderado por el profesor Zhong Lin Wang ha conseguido traducir movimiento a señales eléctricas de forma fidedigna. Dicho de otra forma, los robots “vestidos” con esta piel podrían reconocer con precisión la textura de un objeto igual que lo haces tú con las yemas de los dedos, pero utilizando para ello una especie de minúsculos pelitos artificiales.
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