La última actualización de la suite ofimática libre me llevó a instalarla otra vez en Windows. Pinta mejor que nunca, pero no basta para rescatarla del olvido.
El lanzamiento de LibreOffice 4.2, última versión del proyecto ofimático de código abierto, llama la atención por un par de detalles: una mejor integración con Windows y una compatibilidad mayor con los formatos de Microsoft.
La nueva versión de LibreOffice, la 4.2, presenta mejoras muy interesantes. Para empezar, se integra más con Windows, gracias al menú de elementos recientes. Y las ventanas se agrupan en la barra. Son dos mejoras de interfaz que han tardado casi cinco años en llegar, pero ya están aquí.
El instalador también ha mejorado. Por otro lado, la compatibilidad con los formatos de Office es todavía mejor. Algunas de las mejoras más notables:
- Se muestra el control de cambios de los documentos de Word cuando está activo
- Se conservan los colores de subrayado y los sombreados de fuentes
- La numeración que no empieza por “1” y el par / impar de la página se conservan
- Ya no se pierden los bordes en encabezados y pies de página
- Las formas conservan mejor la posición y tamaño
- Los datos de SmartArt se cargan correctamente
- Hay soporte para el cifrado de los documentos de Office
El rendimiento es la otra gran mejora de LibreOffice. La diferencia entre ejecutar LibreOffice 4.2 y una de las viejas versiones de OpenOffice es increíble.
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